martes, 28 de febrero de 2012

Ojalá.

Nada en mi cabeza. Vagos recuerdos de aquello que antes amaba se desvanecen con cada pestañeo. "Las cosas se van" te recuerda una vieja canción. Asumimos que nada es eterno pero el dolor que sentimos cuando algo se marcha es horrible.
El dolor de ver partir aquello que deseas agarrar para que permanezca contigo. Se escapa de tus manos. A menudo odiamos aquello que no podemos controlar.
¿Qué pasa? no logro recordar aquello que te había prometido, no puedo hacer cada momento menos doloroso para ti. A menudo prometemos cosas que no podemos cumplir. Ojalá pudiera hacerlo.
El trayecto lineal de la vida... ojalá creyésemos que hay dioses que cuidan de nosotros, ojalá pensásemos que alguien puede esperarnos al otro lado del camino, ojalá pudiéramos llenar nuestra cabeza de esas estupideces que reconfortan y amortiguan las caídas, pero nosotros no somos ellos. No somos ningún dios, no creemos en nada. A menudo solemos cagarnos en cosas sagradas ¿de qué sirve ahora rezar a esos ídolos llenos de mierda?
A menudo lo único que me queda eres tú. No rompas más tú alma, el Super Glu no es tan bueno como nos hacen creer los anuncios.
A menudo el simple aleteo de un pájaro hace que sienta ganas de respirar con más fuerza. Ojalá tú también pudieras sentirlo conmigo.




"Cosas de quita y pon, mariposas de sangre marrón, no me quieras querer, no me quieras matar, corazón."
Joaquín Sabina (No permita la virgen)

No hay comentarios:

Publicar un comentario